
2015






En las faldas de la Sierra Pila, habita la etnia Teenek, únicos de la zona que mantienen sus costumbres y características ancestrales, como sus casas con paredes de otate - bambú regional - , cubiertas con barro y su techo de palma en forma de cono.



Para tumbar la caña, se requiere una gran mano de obra y como si fuera una prolongación más de sus brazos, el machete se ha convertido en la herramienta principal y todo un símbolo del trabajo de los cañeros.









Los cañeros soportan temperaturas de hasta 50°C durante la quema del cañaveral, un proceso que facilita el trabajo de corte del tallo y para el que se toman en cuenta los vientos dominantes: con una cerilla encendida, el jefe de la cuadrilla indica hacia donde se dirige la corriente de aire.




Tras el cultivo y cosecha, la caña es transportada hasta alguno de los cuatro ingenios de la zona, donde es pesada tras largas horas de espera para los transportistas.









































2015
En las faldas de la Sierra Pila, habita la etnia Teenek, únicos de la zona que mantienen sus costumbres y características ancestrales, como sus casas con paredes de otate - bambú regional - , cubiertas con barro y su techo de palma en forma de cono.
Para tumbar la caña, se requiere una gran mano de obra y como si fuera una prolongación más de sus brazos, el machete se ha convertido en la herramienta principal y todo un símbolo del trabajo de los cañeros.
Los cañeros soportan temperaturas de hasta 50°C durante la quema del cañaveral, un proceso que facilita el trabajo de corte del tallo y para el que se toman en cuenta los vientos dominantes: con una cerilla encendida, el jefe de la cuadrilla indica hacia donde se dirige la corriente de aire.
Tras el cultivo y cosecha, la caña es transportada hasta alguno de los cuatro ingenios de la zona, donde es pesada tras largas horas de espera para los transportistas.