Jose Maria Artero Garcia pretendía que AFAL fuera una herramienta para orientar la ética del fotógrafo, no un modelo estético que imitar. Mientras que la ética es propia de la persona, la estética es la interpretación a partir de la obra del ser ético. Los estetas solo se quedan en lo superficial de las cosas.
"Por encima de esta postura estética, está nuestro decidido esfuerzo porque cada uno de los aficionados que componen este ya no tan pequeño núcleo de miembros de AFAL, encuentre su propia voz dentro de la más pura y exigente ética fotográfica. (...) Marchamos en busca de la Verdad."
Artero sufre cuando ve la foto de la bizca de Terré, pero a la vez se le impone su grandeza y opta por publicarla en AFAL, sin estar seguro de que ética y estética vayan unidas. A sus ojos el fotógrafo ha querido "recoger y destacar lo que todos hubiésemos deseado que pasase desapercibido" ¿Resulta necesario mostrar esa verdad? Artero piensa que es cruel y efectista. Esta actitud, inmisericorde e impúdica hacia la miseria del mundo, es lo que llama exceso de reportaje. El fotógrafo no ha sabido hacer de filtro, se ha dejado llevar por el acta de lo real, sabe a ciencia cierta qué es lo que va a sorprender al espectador de sus fotografías. El fotógrafo escandaliza.
La fotografía de reportaje plantea un problema ético:
"Sobre esa cuestión de si es lícito, permisible o al menos conveniente destacar lo triste, lo feo, lo desagradable de la vida o si debemos limitarnos a mirar sólo lo alegre, lo bonito, lo grato, habría mucho que discutir. Pero en este caso concreto el fotógrafo eligió el camino duro y difícil de provocar la repulsa general y destacó lo que, según muchos, debía ocultarse".
La diferencia entre el escándalo y la obligación moral de comunicar, se establece en dos géneros diferenciados: la foto testimonial y la foto documental. (...)
(Extraido del libro: HISTORIA DEL GRUPO FOTOGRÁFICO AFAL. Por Laura Terré)
Existe una historia relacionada a esta foto, titulada "El Ángel Caído"
Terré fotografió a esta niña el dia del Corpus Christi en Sant Boi de Llobregat. En una exposición, un doctor que vio la foto abordó a Ricard Terré y le comentó que a la chica estrábica se le podía realizar una operación que curaría su defecto y a cambio pedía a Terré que fotografiara la primera comunión de su sobrina. Al cabo de un tiempo "el ángel caído", ya curada de su dolencia, se presentó ante Ricard, acompañada por su padre, con un pollo de regalo en muestra de agradecimiento.